CUENTOS INCONCLUSOS ( El Teniente y su padre)
El camino parecía eterno, Mauricio conducía con la mente desolada, con el corazón enchispado, sentía que internamente un dolor horrible le desgarraba el alma, conducía a 150 kilómetros por hora, sobre la carretera del litoral, regresaba de sonsonate, había tomado esa carretera larga para pensar, y tratar de despejar sus sentimientos.
Mauricio era originario de la ciudad de Sonsonate, se crió y creció en la colonia Sensunapan, como muchos de los jóvenes que crecieron en los años ochentas, estaba influenciado por la guerra civil que vivía El Salvador por esos años, al graduarse de bachiller del instituto nacional, ingreso a la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios, de la cual se graduó de sub-teniente.
3 MESES ANTES
Rosa Cándida Echegoyen, señora de tez morena, de caminar pausado pero firme, de semblante duro, mujer forjada a mando de campo, acostumbrada a despertar con el canto mañanero del gallo, era la madre de Mauricio, el era su primer hijo, ella había sostenido a sus hijos con mucho esfuerzo, había procreado 5 vástagos, 4 de ellos con un mismo hombre, quien había sido su esposo de toda la vida, y Mauricio que nunca supo quien era su padre, algunas veces de pequeño lo pregunto, pero jamas obtuvo una respuesta firme, corría un día sábado por la tarde, Mauricio la visito, como solía hacerlo cada sábado. llego a la casa y la saludo con amor y naturalidad.
_ Hola ma, como estas?, ella le dijo _ cuando aprenderás a decirme Mama, que es eso de ma, _ te quiero viejita linda, no te enojes, ma es de cariño.
su madre gesticulo una sonrisa escueta, y le dijo _ como te va Mauri? _ pues muy bien ma, todo bien ya estoy tomando el curso de ascenso para Teniente, las cosas marchan bien mi labor dentro del ejercito, esta siendo observada y mis superiores me han, dado muestras de apoyo y confianza.
_ me alegro mucho hijo, siempre pido a Dios por ti, y es una alegría saber que todo camina correctamente.
_ gracias ma, tus palabras también me hacen sentir muy bien, _bueno espero traigas un buen apetito, le dijo ella, porque he preparado un guisado del que te chuparas los dedos. _ excelente porque traigo un hambre que ya casi muerdo gente. acto seguido se sentaron a disfrutar el almuerzo, conversando de como estaban sus hermanos, que tal le iba al tío Gregorio en Estados Unidos, hablaron hasta del vecino que se acababa de divorciar y ya había llevado a otra mujer a su casa. rieron y rieron, al terminar el almuerzo, ella le ofreció un postre, que básicamente consistía en un vaso de flan, se levantaron de la mesa y se dirigieron al jardín de la casa, el le dijo con voz serena y tranquila, _ ma, quisiera preguntarte algo, que no me deja tranquilo. a lo que ella le contesto rápidamente _dime, dime que quieres saber, _ ma, porque jamas me dijiste quien fue mi padre, porque nunca me has hablado de el, deseo saber quien era, como se llamaba y si aun vive...ella lo miro, de pronto sintió que un fuego la estremecía, en su mente sabia que el tenia derecho a saber de su padre, pero le preocupaban muchas cosas, quizá la mas importante era saber como reaccionaria el. _ mama, te he preguntado algo y no me respondes, creo que ya soy un adulto, necesito que me digas quien fue mi padre.
_ Mauricio, se que tienes razón, pero a veces es mejor dejar las cosas en su sitio, _ pero que dices mama!, en su sitio? nunca nada esta en su sitio, si no se aclaran las dudas, nadie puede ir por la vida, sin saber sus raíces, el lugar de donde viene, y menos aun desconocer quien fue su padre, cuando tienes a tu madre que puede aclararlo todo, estoy listo para escuchar lo que sea! _ ja! eso crees tu, que estas listo, ni siquiera yo se si estoy lista para hablar, ni siquiera yo se si tantos años en el ejercito, te habrán preparado, para enfrentar verdades, para las cuales es necesario, firmeza y dureza mental, pero mas que dureza, una agudeza mental diría yo. _ por Dios santo mama! tan grave es la cosa? porque no solo sueltas la sopa y ya sin tanto cuento. _ si mi vida fuera un cuento Mauricio, seria yo la mujer mas feliz, pero mi vida es eso, una vida real, contundentemente real. _ mama, no deseo discutir, tengo derecho a saber que fue de mi padre, pero también quien es, si aun vive, porque nunca lo conocí?
doña Rosa, trago fuerte, tomo un poco de aire y le dijo _ hijo, no siempre fui una persona ecuánime, como la madre que conociste, tu fuiste mi primer hijo, y te he amado cada día de tu existencia, pero antes de que nacieras, yo también tenia una vida, era joven, alegre, me gusta bailar, disfrutar y departir con amigos, _ bueno ma, eso no tiene nada de malo. _ si, Mauricio hasta ahí no hay nada de malo, pero yo también bebía, fumaba y solía pasarme de tragos. Mauricio se sorprendió con lo que escuchaba, pues escuchar decir eso de su madre, le daba una mala corazonada, _ mama, sígueme contando. _ hubo una noche de fiesta, de tragos, como de costumbre me había pasado de tragos, yo tenia una amiga de nombre Susana, era mi compañera de fiestas y de secretos. Mauricio la escuchaba y la miraba muy atentamente, ella siguió narrando su historia _ esa noche, conocimos a unos muchachos, quienes nos invitaron a una fiesta en Acajutla, se ofrecieron a llevarnos y a traernos, nosotras estábamos pasadas de tragos, no conocíamos a los individuos, pero accedimos, llegamos a la fiesta la pasamos bien, jamas habíamos visto a esos muchachos, la madre siguio hablando hasta atravesar las llanuras de esa historia...
Yo podría contarles donde se encuentra el padre de Mauricio, olvide mencionar, que el era casado, que tenia 4 hijos, hubiese querido narrarles, que había sido de los 4 hermanos de Mauricio, pero no olviden que esta es una serie de cuentos inconclusos, así que escriban en sus mentes como va la historia, se les aprecia mucho.
ALEXEY GUBARR
gubarr@yahoo.com.mx
@blog_gubarr
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