A veces me apropio
de ti por convicción más que por certeza, te invito a mis sueños pero nunca te
encuentro, te metes en mi mente y corres por ella dando brinquitos, casi siempre
juegas a las escondidas sin que te busque. A veces solo a veces soy yo quien
entra a tu mente saltando como potro salvaje, con la picardía del que no sabe
que pasara, A veces nos encontramos pensamiento a pensamiento desnudos y sin
pudor, entonces tu me aceptas y yo te acepto sin mayor sentimiento.
A veces quisiera
tenerte lejos para solo recordarte, pero siempre te apareces con ese exabrupto
de querer invadir mi vida, se me da el sentimiento que existes con fuerza solo en
mis lujurias exacerbadas, de esas que me toman en soledad, pero siempre estas
revoloteado dentro de mí como una locura suspicaz.
A veces parezco un
idiota suspendido en el espacio, con mis neuronas atrapadas en un chisme
cerebral, insinuando mis ganas de tocarte, pero tu desequilibrio espiritual
hace que huya de ti, me persigues y te
evado
Pero siempre
terminamos amándonos con la fuerza y la convicción, como dos terroristas antagónicos
peleando por una misma causa…
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