AUSENCIAS SIN PERMISO
Estaba ausente en mis mañanas, se encontraba jugando a las escondidillas entre el barullo de las calles, caminaba por ahí sin saber su destino, sin pensar en el mañana, sin acordarse del ayer, estaba ausente en los atardeceres, era empleada de la noche, sin sentir, sin lamentos, sin censura, estaba ausente en mi cilicio personalizado, estaba ausente cuando se cerraba el telón, estaba ausente cuando marchitaba la primavera, sus ausencias sin reparos, dejaron solo la hojarasca de aquel lamento, atado al instinto, a su pasión y a su propia razón.
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