Cuando era un niño, disfrutaba mucho aquellas tardes de Domingo, en las que cantábamos arañando los oídos de los vecinos, la música de Julio Iglesias, José José, Dyango, del grupo Nahutec, La pequeña compañía y de Oscar Alejandro de quien me gustaba la canción "vuela gaviota", de la cual yo te pregunte un día de que hablaba y te tomaste el tiempo suficiente para explicarme desde tu punto de vista el significado de la misma, otras tantas micrófono en mano, recitábamos uno a uno los poemas del libro Jícaras Tristes de Alfredo Espino, es por eso quizá que los sé de memoria, siempre me interrumpías para decirme y explicarme que debía leer haciendo las pausas cuando encontrara una coma y darle el sentido a las palabras cuando encontrara signos de admiración o interrogación, quizá también por eso me ganaba siempre esos chocolates baratos en los concursos de oratoria y declamación que realizaban en el colegio. recuerdo esos días como si hubiesen sido ayer, como si no hubiesen pasado ya mas de 25 años de eso, recuerdo tu pasión, devoción y cuido a los vehículos que tuviste, debo confesar que no la herede en lo absoluto, pues poco o nada me importan los vehículos, de pequeño admira como cuidabas los detalles, ahhh los detalles, debe ser de ahí que cuido los detalles, cuando siento estos vientos que soplan en este mes, recuerdo aquellas piscuchas enormes que elaborabas de papel de china, nunca entendí porque no las elaborabas de plástico, al igual que jamas compartí que terminaras dejándola ir cuando estaba tan elevada, sin embargo era inmensamente divertido, las navidades eran únicas, los regalos y los cohetes, que siempre reventabas juntos, rió cuando recuerdo de tus tip,s para conquistar a una chica, de cuando me encontraba en las situaciones mas adversas y siempre tenias las palabras adecuadas que me levantaban el animo y a veces hasta el ego; fui de tus tres hijos el mas problemático lo admito, pero quizá fui el que mas aprendió de ti, nunca te vi llorar, pero mas de alguna vez lo debiste haber hecho a solas, yo no te reclamo nada como padre, es solo que te alejaste de mi, no me quejo de mi niñez tuve todo, muchas cosas de las que tuve las ignorabas pero de verdad te rebuscabas para empaparte de ellas, siempre que recuerdo tus viajes a Guatemala, vuelvo a sonreír a solas, con cada viaje siempre venia una pista de carros de regalo, hoy pienso que quizá era lo que estaba en oferta, pero eso no era lo importante era la sorpresiva forma de darla, cada vez era diferente, como padre fuiste un hombre responsable, siempre estuviste en los momentos mas cruciales e importantes, muchas de las buenas cosas que tengo las aprendí de ti, un buen día tu te volviste a la iglesia, es curioso y aun mas irónico, creo que ese día perdí a la mitad de mi padre, los años pasaron y tus creencias se radicalizaron y llegamos al punto que me pregunto cada día, donde quedo mi padre?, pues lo que debería unirnos nos separa, admito que deje de profesar tus creencias pero las mías no me impiden seguir siendo yo, las tuyas nos alejan y no permiten ningún punto en común, con toda la sinceridad de esta tierra te digo dos cosas, la primera me valen gorra, tus profetas, tus profecías, tus promesas divinas que nunca pasaron, todas las otras tantas que escupieron segundos y terceros y hasta cuartos, la segunda, te amo profundamente, te amo con todas las fuerzas de mi corazón y estas tatuado en mi corazón, pues al fin y al cabo eres mi padre, mi papa, la persona que me dio la vida, la que me moldeo, te amo papa y lo digo en serio, vaya desde aquí donde me encuentro en este momento un abrazo pero uno sin intermediarios, entre tu y yo, ojala un día podamos hablar de muchas cosas y no de las almas ganadas y otras hierbas, por si lo olvidaste tienes un hijo y como tal espero a mi papa, una vez mas te digo te amo papa....
ALEXANDER GUZMAN
