Gritos desesperados, lunas ensangrentadas por demonios imperfectos, vuela la lechuza blanquecina y gris sombreando la noche triste, las tumbas de los que no murieron, porque quedo su éter y su ciencia enarbolada en el ambiente, amen de las perturbaciones malditas, las nubes van a soltar un llanto frió, que calara hasta en la energía de los demonios sedentarios a la maldad,
No cerrare mis ojos ni daré la espalda al fuego, no huiré de la espada ni del cuchillo, enfrentare el veneno cara a cara, ascos pertrechos inquisidores, maltrato de vida incoherente, no me hundiré si no llevo la sangre de tu alma en mis manos, no vacilare a la tentación de esculpir un torbellino en la frontal y bizarra sonrisa de la penumbra, no morirá la luciérnaga porque la apadrina el mal y el bien lo permite, el mal ablandara porque el bien así lo querrá, aunque sera por fin el mal quien le de sepultura solitaria,
Si aun así la luna catastroficamente sangrara, justamente en luna llena, los lobos aullaran a ella, casi como en señal de de alabanza. los versos se liberaran y surgirá el amor en prosa....
LUIS ALEXANDER GUZMAN
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