No apacigües mi fuego cuando brota totalmente ajeno a ti; no derrames tus lágrimas tras la bandera del amor, no te sientes a contemplar los atardeceres con el corazón en la mano. Veni y decime, cerquita al oído, susurrado y clarito ¿qué sos vos en realidad? no me des miraditas occisas, que mas tarde querrás facturar y yo ni "IVA" declaro.
Tenemos diez historias tras la espalda, hemos visto atardeceres, noches silenciosas y lluviosas, cielos estrellados, hasta hemos buscado figurillas en las nubes, el vuelo de los pájaros en montañas alfombradas de flores; aun así, queda en ti la sensación de nada. Yo pensaba que todo lo teníamos clarito y ordenadito, pero me doy cuenta que todo esta desvencijado y desordenado. Veni disfrutemos de un café, arreglemos el mundo, pasemos tijera a fulanos, menganos y zutanos, pero no me digas que aquí ya no se dan geranios por doquier.
Porque no elevamos la cometa del destino, le damos mucho hilo hasta verla pequeñita en el cielo, luego la soltamos, pero si lo deseas menos ortodoxo, lancemos una moneda al aire y lo dejamos a la suerte, así dejas de tirarle besitos insensatos a la luna, yo creo que la pobre ni te escucha y por más que de pequeña te lo hayan dicho definitivamente no es de queso.
No cortes mis versos ni los mal interpretes; tampoco te empapes mucho de ellos, mejor solo guárdalos por ahí, ahora bien, si me preguntas, si aun siento ese sentimiento guerrillero y narcisista hacia tu pobre y deforestada colina; te diré que tu, solo tú, debes contestarte esa pregunta, pero hacelo de rodillas mirando a la milagrosa, de paso te aconsejo no gastar mucho en velas están caras y la crisis ya toco hasta los santos.
Te digo de paso que no me refiero a juristas, hombres de blanco o de negro, ni auditores y menos aun de genialidades en informática. Me refiero a mi desde el punto de vista interno, como creación fantástica e inentendible que es lo que más me gusta, me molesta que hagas fogata en la ciudad y culto en el bosque, no quemes bastillas obsoletas, ni vengas a decirme como recital todo el ayer, porque yo estoy pensando en mañana, mejor contame tus ideas para pasado mañana y me llevaras ventaja, pero como escribo en metáfora a lo mejor ni te funcione.
Decime en qué momento es la mejor hora para juntar y guardar todos los recuerdos en la buhardilla; pero toma en cuenta que en mi casa no hay buhardilla, pero tengo por ahí cajas de cartón, para que se añejen y de paso se nutran todas las cucarachas que serán las únicas que sobrevivan en caso de guerra nuclear, por si acaso lee los libros de Mark Twain, Julio Verne y todos los cuentos de Edgar Allan Poe, para que y aquí si los dos, nos demos cuenta de que la vida siempre tiene algo de fantástico, pero si aun así no te sentís, complacida. Exiliémonos en la biblioteca nacional, pero te aseguro que habrá muchos libros que no tendrán y tocara consultar la wikipedia.
Veni! dame tu mano. Compórtate con madurez, mírame a los ojos y oculta tus mentiras en lo profundo de tu cerebro y gástate un poco de romanticismo, pero no duermas en mi regazo, no grites al cielo con enojo y amargura, cuando de él te brota la vida, lo digo por el aire claro está. Otro café por favor! señor mesero otro café! para ella uno negrito y una de azúcar, para mí un suavecito y tres de azúcar, ¿en qué nos quedamos? ah sí, nos quedamos atascados en pensamientos inútiles.
Hagámonos un favor mutuo, seamos simplemente nosotros sin aires de duques, pongamos las cartas en la mesa y juguemos a vivir la vida; pero, ¡qué pena contigo! nos quedaremos en capitulo, es que estoy un poco apurado ya casi son las cuatro y tengo conexiones indirectas con el gobierno y la justicia es ciega, pero llega y no quisiera litigios jurídicos, no es que me dé temor, pero me he metido el traje de correcto y honrado pero me queda bien socado, creo que le voy hacer un saque al pantalón si es que hay donde.
